El glaucoma es una de las dolencias que atacan al ojo de, por lo general, pacientes mayores de 60 años. No suele dar indicios de advertencia, así que es muy común descubrir esta afección ya en fase avanzada. Es por ello que las revisiones periódicas son absolutamente necesarias para tener tu presión ocular bajo control.
Pero ¿en qué consiste exactamente?
Es una de las principales causas de la ceguera, una afección del nervio óptico causada por una alta presión ocular que provoca, poco a poco, la pérdida de la visión lateral. El proceso es el siguiente:
- Dentro del ojo hay un líquido (humor acuoso) que se renueva diariamente y sale por medio de un filtro (ángulo) en forma de red (malla trabecular).
- Dicho líquido, al estar dentro de una hendidura cerrada, origina una presión dada.
- Dado que para que el ojo funcione correctamente, necesitamos un nivel de presión, aunque en caso de ser muy alta, oprime el nervio óptico, lesionando así las fibras.
Síntomas que nos ayudan a detectarlo precozmente
Muchas veces, el paciente sufre accidentes típicos de la vida diaria, pero lo achaca a la edad y, por ende, a su falta de coordinación. Problemas tales como darse golpes con objetos colocados lateralmente (por los puntos ciegos que se dan en el lateral del ojo), bajar escaleras con dificultad, caídas o accidentes en la carretera.
Ya en fases avanzadas, nos encontramos con estos signos (típicos del glaucoma del ángulo cerrado agudo):
- Visión en túnel.
- Visión poco clara o borrosa.
- Dolor de ojos.
- Resplandor alrededor de las luces.
- Mareos, náuseas y vómitos.
- Enrojecimiento.
- Jaquecas intensas.
En caso de no tratarlo, el glaucoma dará paso a una ceguera prácticamente definitiva. Aun siendo tratados, el 15 % de pacientes con esta alteración sufrirán la pérdida de visión de al menos un ojo en 20 años.
Entonces, ¿cuándo debes recurrir al oftalmólogo?
Además de acudir a los exámenes habituales, debes asistir sin falta en caso de sufrir dolores de cabeza, dolor de ojos y visión borrosa.
Cómo evitarlo
Sin duda, la prevención es la clave. Aquí van unas pautas básicas para evitar cualquier susto:
- Conocer el historial familiar: Suele ser hereditario, así que necesitarás análisis más a menudo.
- Realizar ejercicio físico: Siempre moderada, la actividad física reduce la presión del ojo.
- Someterse a una revisión completa: Análisis cada 5-10 años antes de cumplir los 40 años; cada 2-4 años en caso de 40 a 50 años; cada 1-3 años si tienes entre 55 y 65 años, y el anual a partir de 65.
- Usar las gotas oftálmicas recetadas: Incluso si no tienes síntomas, usarlas regularmente cuando te las han prescrito es fundamental.
Tal y como has visto, el glaucoma exige sobre todo una detección temprana. Confía, entonces, en tu oftalmólogo de referencia para que se ocupe de la salud de tus ojos.
Sin comentarios